Recordemos los Objetivos estratégicos 2011-2020 de la Unión Europea en materia de educación y formación:

- Una educación y formación profesionales atractivas y abiertas a todos con profesores y formadores altamente cualificados, métodos didácticos innovadores, infraestructura e instalaciones de gran calidad, plena adaptación al mercado laboral y pasarelas a la educación y formación complementarias;

- Una educación y formación profesional inicial (EFP-I) de gran calidad que los alumnos, los padres y la sociedad en general puedan considerar una opción atractiva y tan válida como la educación general. La EFP-I debe dotar a los alumnos tanto de competencias clave como de una capacitación profesional específica;

- Una educación y formación profesional permanente (EFP-P) de fácil acceso y orientada a la carrera para los empleados, los empleadores, los empresarios autónomos y los desempleados, que faciliten tanto el desarrollo de las competencias como los cambios de carrera;- Unos sistemas de educación y formación profesionales flexibles, con un enfoque hacia los resultados del aprendizaje, itinerarios flexibles, que permitan la permeabilidad entre los distintos subsistemas de educación y formación, y que ofrezcan la validación del aprendizaje informal y no formal, incluidas las competencias adquiridas en la experiencia laboral;

- Un ámbito europeo de cualificación transparente que permitan la transmisión y la acumulación de los resultados del aprendizaje, así como el reconocimiento de las cualificaciones y las competencias, y que amplíen la movilidad transnacional;

La Formación Profesional es estratégica para las políticas educativas europeas, para la consecución de los objetivos, así como para la recuperación de la economía y del tejido empresarial, especialmente el industrial.

Las pasarelas entre la formación profesional básica y el grado medio permiten a los alumnos una forma ideal para transitar por el sistema reglado de formación, adaptado para acceder a los niveles de bachillerato y posteriores grado superior o universitario. Estos perfiles profesionales son adecuados para un tejido industrial que se asoma al futuro de la recuperación económica y social.

La FP es también un espacio adecuado para la adaptación de personas que han trabajado en sectores castigados por la crisis, y que han tenido un descenso importante de actividad. Además, la capacitación adquirida por el alumno le permite una formación básica necesaria para fomentar la movilidad de trabajadores/as, tanto dentro del propio país como en el extranjero.