El primer elemento que quisiera resaltar es el enfoque curricular de las prácticas de FP, así como su obligatoriedad. Todas las titulaciones disponen de un currículo completo de cada uno de los módulos profesionales, incluido el de Formación en Centros de Trabajo (FCT), como se denomina al periodo de prácticas. De esta manera, la empresa recibe un completo programa formativo en el que se basa el periodo de prácticas, cuyo principal objetivo es aplicar las habilidades y destrezas adquiridas durante la formación teórica de una forma práctica, trabajando día a día en una empresa, en un entorno laboral real, haciendo posible finalizar con éxito el desarrollo de competencias profesionales por parte del alumnado.
Por otra parte, y no menos importante, el salto del aula a la empresa supone un elemento crucial para la formación personal del alumnado, para comenzar su madurez como profesional, algo que solo es posible con una inmersión real en el entorno laboral.
Asimismo, tengo la firme convicción de que las prácticas curriculares de FP son una herramienta eficiente y de gran valor para procesos de selección y para agencias de recursos humanos, con una alta probabilidad de éxito tanto para las empresas como para los candidatos, en este caso los alumnos.
Las instituciones educativas y el profesorado deben inculcar a las empresas que tomen la FCT como una oportunidad de llevar a cabo un proceso de reclutamiento de personal de gran potencial. Podrán formar a un candidato en su empresa que ha recibido una formación específica relacionada directamente con su actividad empresarial. Formación que no supone un coste económico, aunque sí tendrán que asignar recursos, tanto personales como materiales. Y por un periodo aproximado de tres meses en jornada completa, variando el número de horas totales según cada titulación, que se muestra suficiente para que la empresa evalúe las capacidades personales y profesionales del candidato ante su posible incorporación en plantilla, ya sea forma temporal o indefinida. La verdad, no se me ocurre ningún proceso alternativo que pueda superar esto.
En Meedel queremos ayudar a los profesores en la gestión de la FCT y vamos un poco más allá, ofreciendo la posibilidad de encajar con un mayor grado de idoneidad los requisitos deseados por las empresas con los perfiles de los alumnos.
En definitiva, lo importante es que la FCT puede suponer una mejora de la empleabilidad de los alumnos, potenciando la FP como generador de empleo y como un arma eficaz contra el desempleo juvenil en España.