Poco a poco me fui dando cuenta de que era lo mejor que podría haber hecho, la libertad y el ambiente de esos cursos es totalmente distinto comparado con el instituto, conocí a mucha gente estupenda con los que hoy en día me sigo llevando y sobre todo descubrí gustos que no sabía que tenía.

Lo que más le preocupa a la gente a la hora de hacer estos ciclos son las prácticas, el ¿y si lo hago mal a la hora de trabajar de verdad? ¿Y si elijo mal? ¿Y si no encuentro trabajo nunca, esto de que me vale? Pues a mí no me pasó nada de eso, tienes que confiar en ti misma y en tus capacidades para poner en práctica todo lo estudiado. Escogí el Hospital Severo Ochoa y la verdad que no podría estar más encantada, acogen y explican genial a la gente que entra nueva y enseguida te dan la confianza y libertad para que hagas las cosas tu solo, y a pesar de que mucha gente no encuentra trabajo, yo lo conseguí.

Hoy en día gracias a esos dos años estoy en la carrera que siempre he querido estar, y cada vez más orgullosa de todos los pasos que he dado.