El modelo productivo de nuestro país necesita experimentar un cambio, pues el exceso de titulados universitarios ha supuesto un elevado índice de paro entre la población joven. Esto es el resultado de un modelo social en el que lo más importante para los padres es que sus hijos obtengan un título universitario, sin dar opción a otras alternativas igualmente válidas como la Formación Profesional.

Como consecuencia, son muchos los jóvenes que, al no poder acceder a estudios universitarios por diferentes motivos, no contemplan los ciclos como una opción y descartan la posibilidad de seguir estudiando, viéndose abocados a un futuro de negras perspectivas al no poder acceder a un puesto de trabajo estable por falta de cualificaciones.

La Formación Profesional se encarga de formar alumnos perfectamente cualificados. Con amplios conocimientos, capacidades, habilidades y valores en sectores determinados y plenamente preparados para desempeñar su trabajo, los alumnos de FP son necesarios para el desarrollo competitivo del entramado empresarial del futuro.