Desde el principio, el edificio fue concebido teniendo en cuenta las recomendaciones de la O.M.S y del B.I.A.P (Bureau International d'Audiophonologie) sobre “inteligibilidad en el aula”. El equipo pedagógico trabajó con la Sociedad Española de Acústica para la concienciación del control del ruido y mejora de la calidad de la discriminación auditiva de los alumnos con discapacidad. Todos saben que en ambientes ruidosos sus compañeros sordos oyen mucho peor y no pueden aprovechar las explicaciones de clase.

El diseño de un entorno integrado y adaptado a sus necesidades, junto con las mejoras en el intercambio de información que proporcionan las Tecnologías de la Información y Comunicación (TIC), posibilitan a estos niños y niñas llegar a ser adultos autónomos, con habilidades y conocimientos similares a los de sus compañeros oyentes.

Los frutos de este modelo de inclusión se plasman en que, desde hace tres años, nuestros alumnos con discapacidad auditiva profunda no sólo aprueban la PAU, sino que se encuentran cursando con éxito carreras universitarias. Sordos sí, mudos no, los 102 alumnos con discapacidad auditiva y sus 900 compañeros oyentes apostaron y seguirán apostando por el modelo de Escuela inclusiva de la Fundación Dales la Palabra.