Mi hija terminó Bachillerato y se planteó su camino; como tantos jóvenes que terminan sobrevolaba la pregunta ¿hacia dónde?.  Alguna pista había, porque le encanta el deporte y se planteó hacer INEF, pero cuando llegó el momento, descubrimos la FP, en concreto el ciclo superior de TAFAD,  y lo vio como una gran oportunidad….  Y en casa la animamos a aprovecharla.

¿Qué ventajas vimos? Muchas.

Era un período de formación más breve, y al mismo tiempo muy completo.

Era una formación práctica, que le ponía en relación con las necesidades de la empresa y de la vida laboral.

Tuvo un buen profesorado, no sólo en el ámbito académico, sino en la formación como persona, que considero esencial y que con la ventaja de al ser un número menor de alumnos permitía una atención más personal y cercana,  y en el caso concreto de mi hija, esto le ayudó a madurar.

Tenemos una sociedad llena de titulados universitarios, con una formación excesivamente teórica y muy poco práctico, con un alto índice de paro y que no siempre cubre las necesidades que requiere el mundo laboral.

Por eso creo que la Formación Profesional, tal como está planteada hoy, es una opción muy positiva para muchos chicos. Durante mis años de profesora lo he visto también en muchos de mis alumnos.

Todo esto ha de pasar por un cambio de mentalidad, fundamentalmente  en los padres para que se lo planteen como una opción más a tener en cuenta, tan válida como la universitaria. Les animo a ello.

Para muchos de nuestros hijos, será un camino de iniciativa, de creatividad, de conseguir sus sueños, una “palanca hacia el éxito”, como comentaba Alejandro, estudiante de FP en esta misma página.