El avance es significativo, pero queda mucho por hacer. El informe "Competencias más allá de la escuela" de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) publicado en abril de 2015 apunta un dato que debe hacernos reflexionar seriamente sobre el tema: en el año 2020 cerca de dos tercios del crecimiento del empleo que se oferta exigirán categorías profesionales técnicas  como las que ofrece la Formación Profesional. En este mismo informe, se alienta a España a redoblar sus esfuerzos para la mejora del Aprendizaje basado en al trabajo. Este tipo de enseñanza se refiere a la FP DUAL.

La FP DUAL permite que el alumno comience a compaginar estudio y trabajo a partir del tercer mes de formación, es decir, acude a la empresa a realizar sus prácticas y recibe por ello un sueldo correspondiente al 80% del salario mínimo interprofesional. Con ello, se refuerza su motivación ya que se les hace ver la utilidad de sus estudios teóricos en su aplicación práctica, y no a posteriori, sino mientras se están adquiriendo dichas competencias profesionales.

El lugar de trabajo brinda un ambiente de aprendizaje sólido, facilitando la contratación a la vez que los aprendices contribuyen a la producción. Las oportunidades de aprendizaje en el puesto de trabajo son también una expresión directa de las necesidades del empresario por lo que éste también obtiene beneficios, ya que le supone formar a personas según sus necesidades.

Algunos sectores como determinadas organizaciones empresariales y sindicales han cuestionado su valor y sigue existiendo, en determinados círculos, una percepción negativa de la formación dual. Pero la verdad es que la FP DUAL es la vía directa al empleo. Desmiéntanme sin reparo pero desde la experiencia puedo afirmar que esta modalidad se convierte en incorporaciones laborales desde el primer día lo que supone por tanto, oportunidades reales de empleo para el alumno y así queda manifiesto en el I Encuentro de FP DUAL organizado por nuestro centro, CESUR, el pasado mes de octubre.