Para conseguir ese objetivo de desarrollo sostenible, el crecimiento económico debe basarse en la producción de bienes y servicios que sean competitivos con alto componente I+D+i, posibilitando una mejora de la productividad. Un factor fundamental en este modelo es la necesaria apuesta por la formación de las personas que van a participar en el proceso productivo.

Situar el nivel de formación de un país en tan solo el número de titulados Universitarios que se tiene es un error, como así lo demuestra la experiencia. Los países más avanzados en el ámbito económico y social, poseen un equilibrio entre la formación universitaria y la profesional que les permite acometer con más eficacia la complejidad de los procesos productivos.

En España, con un nivel alto de desempleo, estamos experimentando efectos contradictorios, existe una menor oferta de empleo para una importante demanda de jóvenes con titulaciones universitarias, y sin embargo faltan personas con ciertas especialidades de formación profesional que reúnan los requisitos que demandan las empresas.

La experiencia de GSD en la formación profesional constata la importancia de la FP para la obtención de un empleo. De 78 alumnos que finalizaron sus estudios en diversos ciclos de FP Dual de Grado Superior, 36, cerca de la mitad, han conseguido un trabajo, y 31, han optado por continúan estudios universitarios.