El nuevo curso escolar se presenta como un curso atípico e incierto que, aunque ha comenzado de forma presencial, plantea algunas incógnitas de cara a su desarrollo en los próximos meses. ¿Va a ser posible seguir asistiendo a clase o vamos a tener que retomar las clases online? ¿Vamos a poder ir a una biblioteca o incluso recibir clases particulares para esa asignatura en la que siempre necesitamos un poco de refuerzo?
Todos esos hábitos y tareas que antes podíamos realizar en diferentes entornos adaptados para el estudio, para que nos concentremos, y donde nos encontramos con más compañeros con los que es más llevadero estudiar, es posible que en los próximos meses tengamos que trasladarlos a nuestros hogares. Para algunos será más sencillo que para otros adaptar estas tareas, ya que no todos disponemos del mismo espacio en casa.
En cualquiera de los casos, tanto si puedes disponer de una habitación para ti solo como si tienes que compartirla con otro miembro de la familia o con tus compañeros de piso, lo más importante es ser capaz de crear ese ambiente de estudio o trabajo independientemente del lugar en el que te encuentres. Si puedes disponer de “tu rincón” pero no logras concentrarte en este sitio, el tiempo que inviertas no será eficaz. Sin embargo, si eres capaz de concentrarte en cualquier parte de la casa, todo el tiempo que inviertas aunque no sea tu propio espacio, serás altamente productivo.
A la hora de crear “tu rincón” o simplemente encontrar un sitio adecuado para ser eficiente cuando te pones a estudiar, tan solo necesitas una mesa y una silla, luz adecuada para evitar la fatiga visual y estar en un sitio en el que haya el mayor silencio posible.
Para poder dedicarle el tiempo apropiado, evitar distracciones y no tener que estar más horas de la cuenta sentado en la silla, márcate un horario. Una de las técnicas que más se ha puesto de moda en los últimos años, aunque existe desde los años 80, es la técnica Pomodoro. Consiste en estudiar durante periodos cortos de 20, 30 o 40 minutos y descansar 5, 10 o 15 minutos respectivamente. Una vez completados estos intervalos durante cuatro veces seguidas, podremos tomarnos un descanso más largo.
Para que tu horario sea efectivo, tanto si usas la técnica Pomodoro como si prefieres marcarte tus propios tiempos, debes organizar tus tareas empezando por las más sencillas o las que tienen una dificultad media, continuar por las de mayor dificultad haciendo un pequeño descanso antes y después de estas, y finalizar la jornada de estudio/trabajo con aquello que sea más práctico, manual, o tareas de repaso.
En caso de que sea necesario retomar la formación semipresencial u online, lo más importante es probar varias opciones y elegir aquellos métodos con los que te sientas más cómodo/a, encontrar tu espacio de estudio y estudiar siempre en el mismo sitio de la casa. Asignar cada espacio para una tarea distinta ayuda a mantenerte más activo en tus tareas y con menos estrés.