No hay mejor primer contacto para un bebé que la piel de su madre. Esta relación precoz es beneficiosa para ambos, ya que contribuye a crear un vínculo y ayuda a la adaptación postnatal. Sin embargo, a veces las madres no pueden atender a sus hijos después del parto por razones médicas.

Por ello, desde la unidad neonatal del Hospital General Básico de Motril han ideado un plan para que los recién nacidos puedan mantener ese contacto piel con piel aunque su madre no esté con ellos. El padre tomará las riendas, compartiendo su piel con la de su hijo para proporcionar el calor y asistencia necesaria. De este modo, aparte de vincularse con la criatura, ayuda a la pareja en los primeros compases de vida del bebé.

Fomentar el contacto piel con piel es una actividad recomendada por instituciones como la Organización Mundial de la Salud. Además, la no separación de madre e hijo es un derecho recogido en múltiples declaraciones e iniciativas como la Declaración Conjunta OMS-Unicef para la promoción, protección y apoyo a la lactancia materna de 1989.

Esta práctica de juntar al bebé con su padre se ha demostrado muy eficaz, pues tiene los mismos beneficios para el recién nacido que estar con su madre, a excepción, lógicamente, del hecho de no poder amamantar al pequeño. La enfermera lo colocará en la zona del corazón del padre con el objetivo de que estas primeras horas ayuden a regular la temperatura y la disminución del llanto del neonato, facilitando la posterior lactancia materna.

De este modo, el Hospital General Básico de Motril establece las bases de una metodología pionera y saludable en el área neonatal, aportando soluciones a situaciones clínicas que pueden darse durante y tras el parto.

El Hospital General Básico de Motril es uno de los centros que han participado en la segunda edición del Índice de Humanización de Hospitales Infantiles, una herramienta creada por la Fundación ATRESMEDIA para medir de forma cuantitativa y cualitativa el nivel de humanización en la atención pediátrica.