Inmersos en plena pandemia de la COVID-19 y tratando de reforzar más que nunca la humanización en los centros españoles, estamos viviendo uno de los mayores esfuerzos por parte del personal sanitario para transformar las estancias hospitalarias en experiencias de aprendizaje que marquen para siempre a los pacientes pediátricos. En Navidad, este tipo de actividades y acciones extraordinarias ayudan de manera puntual al niño y al adolescente a normalizar su estancia en el hospital, llevando momentos de entretenimiento e ilusión a las habitaciones y está demostrado que todas aquellas iniciativas y protocolos que además de la animación hospitalaria, están dirigidas durante todo el año a conseguir una atención sanitaria centrada en el paciente, impulsan la humanización y consiguen amortiguar el impacto de la enfermedad y el proceso hospitalario del paciente pediátrico.

Para conocer un poco mejor la huella que dejan estas acciones de humanización y el peso de las mismas en los pacientes, familias y profesionales, charlamos con Marta de la Fuente Lago, psicóloga sanitaria y Directora del Área de Formación de Área Humana. Además, fue una de nuestros ponentes en el Curso de Comunicación con el Paciente Pediátrico que impartimos junto a Universidad Internacional de Valencia.

Pregunta. ¿Realmente son útiles las acciones de humanización para las familias?

Respuesta. Sí, por supuesto. Estas acciones ayudan a las familias a entender mejor el proceso que están viviendo sus hijos, además de aportar un poco de tranquilidad mental y sosiego, lo cual es fundamental en estos procesos tan delicados.

P. ¿A qué factor se apela más con estas acciones de humanización de cara a cambiar algo en la vida de los pacientes y sus familias?

R. A la esperanza, sin duda alguna. Estas acciones tienen el propósito de hacer ver a las familias que semejantes procesos pueden afrontarse desde una perspectiva más neutral y optimista. Es difícil, porque la situación es la que es, pero creemos que ese debe ser nuestro objetivo con el incremento de la humanización.

P. ¿Cómo va a afectar la pandemia a estas acciones enfocando las navidades presentes? Con la reducción de la presencia de voluntarios y actividades, ¿qué va a cambiar?

R. Evidentemente, va ser distinto. Y es lógico que así sea, pues estamos en una situación que nadie esperaba, pero dentro de todo creo que se van a poder llevar a cabo estas acciones (de hecho, muchas ya están en marcha) sin mayores problemas. Vamos a seguir estando ahí para los pacientes y familias que nos necesiten, dándoles ese plus que necesitan, especialmente en estas fechas tan señaladas.

P. Al hilo de la pandemia, ¿ha afectado negativamente al peso de estas acciones o siguen teniendo el mismo efecto?

R. Siguen funcionando igual de bien, en mi opinión. Es cierto que la época es la que es, pero creo que siguen ayudando y mucho a las familias y pacientes que se encuentran pasando por una etapa complicada cuando son hospitalizados. En ese sentido, creo que siguen funcionando muy bien.

P. El único punto débil de estas acciones parece ser el paciente adolescente, ¿cómo hay que encajarle en estas acciones para evitar que se sienta apartado?

R. Es cierto que quizá estas acciones escapan a los adolescentes porque están en un tramo bastante particular de su crecimiento personal y, a prori, no encajan con ellos. Creo que se debe trabajar más este aspecto de la humanización, enfocarlo a ellos para que puedan beneficiarse también de todo ello.

P. Por último, ¿cómo valora el esfuerzo que ha hecho el personal sanitario de apoyar estas acciones e incrementarlas en muchos hospitales de nuestro país?

R. Ha sido colosal. No es nada fácil pasar por todo el desgaste emocional y mental que están sufriendo, pero además de ello han tenido una predisposición inmediata a incrementar e implementar estas acciones.