Los alumnos de Primaria llevaban toda la semana familiarizándose con la vida de estas comunidades indígenas para las que el acceso a la educación es un bien escaso y, por ello, preciadísimo, y con la propia figura de Roberto Brasero, que ha viajado hasta Atalaya, en el corazón de la selva amazónica, para conocer de primera mano cómo viven y estudian más de 2.500 niños y niñas de entre 3 y 16 años, cuyos colegios se encuentran en veinte comunidades dispersas, unidas por el río Ucayali, afluente del Amazonas.
«He venido a contaros mi experiencia con los niños de Perú. Son como vosotros, tienen las mismas ganas de aprender que vosotros, pero tienen pocos medios: sus escuelas son pobres, carecen de profesores y están más preocupados por sobrevivir que por estudiar», explicó el periodista a los atentos alumnos después de que María explicara su biografía. Roberto Brasero contó a los niños cómo fue su experiencia con estas comunidades, compartió diferentes anécdotas e hizo reflexionar a los chicos sobre lo afortunados que son por recibir una buena educación. “Si las escuelas no tienen nada que ver con las que tenemos en España, las casas mucho menos. Están hechas de caña o de palma, no de ladrillo, y las familias duermen en la parte superior para protegerse de los animales y la humedad”, contó Brasero, ante las cámaras de Kolbe TV.