Hasta hace no mucho tiempo, el ejercicio de la profesión de Panadero estaba muy regulado en las naciones de la cuenca mediterránea (hoy sigue regulado en muchos países del centro y norte de Europa) y los Panaderos profesionales, debido a la importancia de su tarea, podían estar exentos hasta de ir a las guerras. Ser Panadero era entonces una cosa muy seria cuando, por ejemplo, a los médicos de la época (los "matasanos") no se les exigía ningún conocimiento acreditado.

Desgraciadamente las cosas han cambiado mucho y, desde hace varias décadas, al contrario que en países como Alemania o Francia, cualquier persona puede fabricar pan en España aunque no tenga los conocimientos necesarios para desarrollar adecuadamente una tarea tan importante para la sociedad. Sin embargo, como es lógico, ejercer la Medicina requiere una titulación imprescindible.

Debido fundamentalmente a este hecho, que ha sido, además, una de las causas que motivaron la mala calidad del pan en nuestro país en la historia reciente, la FP Reglada de Panadero y Pastelero ha vivido estos últimos años a espaldas de las empresas del sector. Ahora bien, una valoración creciente del buen pan por parte de los consumidores está volviendo a poner la FP en el punto de mira de las empresas de Panadería, que ven la Formación como el pilar fundamental de su futuro.

La reincorporación del oficio de Panadero en SpainSkills y la consecuente participación en WorldSkills del Campeón de España, el estudiante madrileño del ciclo de FP de Panadería, Alejandro Murga, así como la Medalla de Oro en el Campeonato de Europa Junior de la alicantina Raquel López Van Beek, Titulada asimismo de dicho ciclo de FP, que ha sido seleccionada para competir en la Copa Mundial de París entre las cinco mejores promesas del mundo, son signos de la atracción (a veces, pasión) que despierta la profesión de Panadero entre los jóvenes y del creciente interés que las empresas tienen por contratar profesionales de nivel para garantizar la calidad de los panes que elaboran.