He dedicado la mayor parte de mi vida a conseguir sueños casi imposibles. He estado más de quince años recorriendo las montañas del Himalaya, escalando sus más altas cumbres, esas gigantes de más de ocho mil metros de altura. Es un proyecto vital de muchísima dificultad, donde he tenido que esforzarme tanto física como mentalmente al límite. Creo que en esta segunda parte es donde ha estado la clave del éxito, en ser capaz de focalizarme al objetivo de una forma completa, y tener esa capacidad para mantener el esfuerzo hasta el final.

Meditando sobre estas cuestiones y como consecuencia de mi trabajo como mentor en los siete hábitos de la gente altamente efectiva del Franklin Covey, me di cuenta de que todo esto no era producto de la casualidad o de la suerte, era el resultado de un camino que comenzó hace mucho tiempo atrás, en la adolescencia.

En esa época, yo era un chaval curioso como lo son todos. Tras ese primer periodo de exploración inicial me di cuenta de que mis pasiones eran la química y la montaña. Ninguna de esas disciplinas era fácil, y comprendí que para poder cabalgar hacia mi destino tenía que tomar las riendas de mi vida. Así fue, desde ese momento, empecé a caminar en estos dos mundos de forma paralela, estudiando con ahínco, aprendiendo y practicando todo lo referente al mundo del alpinismo.

Me ocupé de lo que estaba en mi círculo de influencia, de lo que podía hacer y siempre de manera positiva, siempre convencido de que iba a llegar hasta el final. Comencé a vencer todas las dificultades, porque tenía el fin en la mente. Este fue el combustible como motor de mi destino, tener el fin en la mente.

Con esto quiero deciros que no hay sueños imposibles. Si realmente lo que hacemos está alineado con lo que queremos hacer, las barreras y las dificultades desaparecerán de forma casi mágica, encontraremos en el camino del aprendizaje el placer de estar ya en marcha, y el esfuerzo será nuestro aliado. Esto es lo que entendemos por liderazgo personal, es decir, conducirnos de forma eficiente hacia nuestros sueños.

De hecho, hoy en día, las posibilidades para el desarrollo personal y profesional son ilimitadas. Hay un montón de nuevos estudios adaptados a las profesiones de nuestro tiempo. Es todo un mundo por explorar, es más tenéis que explorar ese mundo y este será el primer paso de nuestro devenir.

El segundo ya lo sabéis: hacia vuestro futuro, sabiendo que la felicidad es sólo responsabilidad. Caminad hacia vuestro destino sin que nada os aparte de él.

Esta es la forma en la que yo he escalado esas difíciles montañas del Himalaya, y es la forma en la que cada uno supera sus montañas, sus dificultades y es el camino de la dificultad.

¡A por ello!