Las entidades con voluntariado se han adaptado a la situación provocada por la pandemia del COVID-19. Desde marzo de 2020, en los hospitales no se ha permitido el acceso a personal que no fuera estrictamente profesional, por lo que, los voluntarios han tenido que buscar nuevas alternativas para seguir desarrollando su actividad y que la pandemia no afectara a los niños hospitalizados que se quedaban sin el apoyo y el acompañamiento que les dan las personas voluntarias.
Fundación Abracadabra
La Fundación Abracadabra recalca que en sus 15 años de historia nunca había tenido que suspender sus actividades presenciales en los hospitales y que han tenido que reorganizarse rápidamente para poder seguir dando respuesta a estos niños. En un inicio se sirvieron de las redes sociales y posteriormente, han continuado reconvirtiendo algunos proyectos presenciales en actividades online.
Pero no todo ha sido negativo. En este tiempo, algunas entidades han obtenido un gran aprendizaje y señalan capacidad de reacción y adaptación que han tenido en muy poco tiempo con el fin de seguir acompañando a los niños hospitalizados. La Fundación Abracadabra destaca la importancia de la innovación, la formación y la comunicación. “Siempre debemos estar dispuestos a dar pasos importantes. A tomar decisiones rápidas y apostar por aquello que nos permita estar cerca de los que más lo necesitan. Supimos adaptarnos y transmitir nuestra energía y nuestra magia, aunque sin olvidar nuestra esencia y lo que realmente nos hace felices: regalar magia con toda la ilusión. No sabemos cómo vendrá el futuro, pero lo que sí sabemos es que siempre trabajaremos por dar lo mejor de nosotros mismos.” nos cuentan.
Fundación Menudos Corazones
Para organizaciones como Menudos Corazones, el apoyo en las nuevas tecnologías ha sido fundamental. A través de ellas han seguido ofreciendo actividades lúdico-educativas, musicoterapia o arteterapia de manera virtual, pudiendo llegar incluso a más niños, ya que podían conectarse también los que estaban en sus casas recibiendo sus tratamientos. También, han podido mantener de esta manera los encuentros y charlas con los voluntarios para no perder el vínculo establecido con ellos anteriormente.
No obstante, este proceso no ha sido sencillo. Para poder pasar de la actividad presencial a la virtual, tanto profesionales como voluntarios han tenido que formarse en el manejo de dispositivos así como redes sociales o diferentes aplicaciones que en muchos casos no habían utilizado anteriormente. Además, en algunos hospitales se encontraban también con ciertas limitaciones en cuanto a su acceso a internet. Por ello, desde Menudos Corazones insisten en la importancia de que se les permita regresar a los hospitales donde trabajan y que los voluntarios puedan retomar su necesaria labor, en equipo con el personal sanitario, como siempre han hecho.