Al comenzar, se hizo un recorrido por las diferentes ediciones en las que se han tratado temas y avances tan importantes como: la edad pediátrica, el hospital sin dolor, el papel de las enfermeras como catalizador de las emociones, los pacientes crónicos, la labor de las aulas hospitalarias, la mirada y escucha de los adolescentes, la creación del día del niño hospitalizado, el hospital sin prohibiciones o el vínculo y el cuidado psicológico y emocional entre otros.
Es verdad que se han conseguido algunos logros en estos diez años pero aún quedan muchos retos por cumplir referentes sobre todo al cuidado de la familia del niño y adolescente ingresado: la inclusión de los hermanos en el proceso hospitalario, la mejora de la atención psicológica al paciente, a las familias y profesionales, mejorar en los espacios humanizados y el mayor apoyo financiero que se da a familias de pacientes ingresados
Este año en las jornadas se ha dado importancia a los servicios basados en la Experiencia del Paciente; experiencias en las que la opinión y la visión de familia y el propio paciente se incorpora de verdad en el proceso hospitalario. Procedimientos que permiten al paciente y la familia participar interactuando directamente con los profesionales, lo que ya se conoce como “familias profesionales”, que contribuyen a mejorar la labor de los profesionales y ayudan a su vez a otras familias. A través de las nuevas tecnologías y la creación de una comunidad de pacientes de todas las edades, perfiles y patologías, se consigue una visión completa en cada concepto que tratan con ellos.
En este sentido, también se destacó la importancia de evaluar esa experiencia del paciente, las interacciones clínicas y emocionales. Estas evaluaciones ayudan además a crear diferentes materiales prácticos como manuales con información que necesitan saber familiares y pacientes para manejarse en su día a día en el hospital (desde detalles tan simples como manejar la televisión en la habitación o saber quién es quién en el hospital)
Otros ejemplos de la utilidad de estos modelos de atención centrados en la familia son las guías de buenas prácticas diseñadas para dar malas noticias o espacios de familias en las que través de talleres de “comprensión-conexión y creación” se manifiestan sus necesidades físicas y emocionales durante la enfermedad y el ingreso hospitalario.
En definitiva, la escucha y participación de los pacientes y sus familias en el proceso hospitalario se ha convertido en verdadera “palanca de transformación” en la atención sanitaria.