Francisca Vílchez, conocida por sus alumnos como Paquita, es maestra por vocación "y por la admiración que me produjo una maestra que tuve en la escuela". Ya jubilada, en su última etapa fue tutora de Educación Infantil en el CEIP Antonio Mingote en Madrid.
"El primer día que me puse al frente de una clase, sentí primero una gran satisfacción por estar donde quería; y en segundo lugar, la incertidumbre propia de quien tiene todo por aprender."
Aunque ahora tiene más tiempo para disfrutar de sus aficiones, leer y viajar, guarda muchos y muy buenos recuerdos asociados a los alumnos que han pasado por su aula:
"El primer año que trabajé tuve la suerte de tener un grupo excelente y entrañable para mí; en él estaba David y ahora, en mi último año de docencia, ha estado Elisa, su hija pequeña. Esta experiencia ha sido el mejor regalo que como maestra podía recibir para cerrar el círculo de mi vida profesional."
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