Ellos les acompañan a lo largo de sus vidas: comparten juegos, sueños, ilusiones, canciones, riñas y en muchas ocasiones, toman el relevo de sus padres en el cuidado de su hermano/a. Esta responsabilidad, además, tiene que conjugarse con sus proyectos de vida, familia, trabajo o ambiciones personales. 

Sin embargo, en demasiadas ocasiones, no se reconoce su papel. Y son  mediadores entre los progenitores y sus hermanos/as con discapacidad intelectual o del desarrollo, son cómplices de sus avances y fracasos, exigentes con las metas a las que pueden llegar… En definitiva, son firmes defensores de las capacidades de sus hermanos y hermanas y por ello merecen el mayor de los reconocimientos.

A través de sus vidas conocemos a cuatro familias diferentes, que tienen un denominador común: todas apuestan por la normalización de las personas con capacidades diferentes.

El documental, estrenado recientemente, ha contado con la colaboración de profesionales pertenecientes a diferentes entidades de apoyo como Cepri, Afanias, Fundación Ademo, Fundación Aproco,  Fundación Juan XXIII Roncalli. Su objetivo es dar "visibilidad" al trabajo de las distintas entidades que apoyan a estas personas.