La Formación Profesional está sufriendo una revalorización social en los últimos años. El trabajo, el esfuerzo y la colaboración del entorno educativo, el sector productivo y las administraciones públicas ha dado sus frutos, logrando un aumento de las matriculaciones y las ofertas de empleo dirigidas a la Formación Profesional. Todo esto, la oferta educativa, la creciente flexibilización y el sistema de cualificaciones, ha ayudado a mejorar la imagen de la Formación Profesional.
Las Universidades españolas han podido apreciar un cambio en la procedencia de sus nuevos alumnos. Cerca de un 10% de los alumnos de nuevo ingreso en estudios superiores proceden de la Formación Profesional, gracias a los nuevos itinerarios formativos y a la flexibilización de acceso a estudios superiores.
Los estudios superiores, la otra forma de ver la Formación Profesional
Para muchos, la Formación Profesional es un puente para acceder a estudios superiores. De esta forma, los alumnos buscan especializarse en la rama que desean, adquirir conocimientos específicos y madurez y, con todo ello, prepararse de forma especifica para estudiar, por ejemplo, un grado universitario.
Aunque la Formación Profesional con los años está mejorando su imagen, aún muchas familias no la ven adecuada para sus hijos o familiares y prefieren estudios como el bachillerato para poder acceder a la Universidad. Sin embargo, muchos casos esta decisión conlleva al abandono escolar, al contrario que en el caso de los alumnos que apostaron por la Formación Profesional, que descubrieron un nuevo método de estudio y les motivó para seguir estudiando.
La Formación Profesional como estudio complementario
Otro dato que se observa al analizar la relación entre Formación Profesional y la Universidad, es que muchos alumnos titulados en un grado universitario, tras años de experiencia y/o por necesidad laboral o por continuar con sus estudios, apuestan la Formación Profesional. Mejorar sus capacidades, especializarse y seguir formándose son las causas por las que se deciden por realizar un Ciclo Formativo de Grado Superior.
La unión entre Formación Profesional y los estudios superiores, no sólo ayuda a mejorar las matriculaciones, sino que es un gran punto de motivación para los estudiantes que no tienen claro su futuro y pueden empezar por una Formación Profesional y, finalmente, terminar en la Universidad. Todo ello, además de ayudar a los estudiantes, es una ayuda a mejorar la empleabilidad e intentar mejorar el paro juvenil.