Tras 40 años "rodeada de niños" Cristina Carpintero dejó las aulas del Colegio Escuelas Aguirre en las que impartía clases de inglés y de ciencias a alumnos de tercero y cuarto de primaria.
También formó parte del equipo educativo del CEIP Ciudad de Roma en Madrid, "y en Santander estuve en el colegio San Blas de La Montaña y en el Colegio Jesús Cancio."
Decidió ser profesora porque "me gustaban mucho los niños". Su padre la animaba a estudiar medicina, pero Cristina pensaba “Yo no quiero verles malitos, yo quiero verles sanos”.
Nadie adivinaría que el primer día que se puso al frente de una clase, Cristina sintió miedo. "Pero con un poquito de cariño y diversión enseguida los enganchas."
Su frase favorita sobre educación y la que más aplicó a lo largo de su etapa como docente es "Entre todos sabemos más que uno solo".
Sus hobbies han girado siempre entorno a los niños: buscaba maneras creativas de sensibilizar y transmitirles valores como el reciclaje, la solidaridad, el respeto al medioambiente a partir de canciones, teatro y actividades plásticas. "En la bola del mundo les ponía un tejado para que lo viesen como su casita".
Sobre su experiencia dando clases en Santander, cuenta que "al ser un colegio rural, había niños que aun estando la playa a 30 kilómetros no la conocían". Por eso, a veces se organizaban con las madres que tenían coche y "nos íbamos a la playa, o a ver a unos alumnos que se habían ido muy lejos o a ver una obra de teatro con los abuelos. Éramos como una gran familia."
Descubre aquí el mensaje de agradecimiento que le han querido dedicar a Cristina por el Día Mundial de los Docentes.