Como esa coexistencia sucede dentro de un escenario físico, la Arquitectura emerge como un ingrediente insoslayable de todo proceso educativo. Más aún: diseñados con la intencionalidad y pasión creativa necesarias, los lugares pueden por sí mismos inducir innovaciones docentes. La Arquitectura, también educa.
Pablo Campos Calvo-Sotelo es Académico (Real Academia de Doctores de España), Doctor en Arquitectura (UPM, 1997) y Doctor en Educación (Universidad de Salamanca, 2017). Catedrático de Composición Arquitectónica en la Universidad CEU-San Pablo. Desde 1990 realiza tres actividades que convergen en lo educativo: diseñador de ARquitectura universitaria, investigador y profesor.